Ayer 30 de octubre hicimos un alto en la tarea para conmemorar estos 30 años ininterrumpidos de democracia. Vimos junto a los alumnos el vídeo que nos proporcionó la Legislatura de Córdoba y luego debatimos en torno a algunos interrogantes clave:
¿Qué significa vivir en democracia?
¿Cómo se cuida la democracia?
¿Qué fueron las dictaduras?
¿Cómo se participa responsablemente?
FELICES 30 AÑOS QUERIDA DEMOCRACIA!!!
Hagamos un poco de memoria porque si sabemos cuánto costó tenerla más participaremos para cuidarla.
Hagamos un poco de memoria porque si sabemos cuánto costó tenerla más participaremos para cuidarla.
Argentina nunca tuvo entre el siglo pasado y este un período democrático tan largo como el del presente. Hoy la democracia cumple 30 años, se celebra con una nueva ley de medios, con todo cuánto significó la prensa en la complicidad con la larga historia de golpes de Estado en este y en cualquier país.
Con las elecciones del 30 de octubre de 1983 en las que el radical Raúl Alfonsín salió triunfador con el 51,75 por cientos de los votos, se cerraba no sólo la etapa de la dictadura cívico-militar más violenta de la historia argentina, sino un largo ciclo de golpes que comenzó en 1930 con el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen.
Pero aquella junta militar y sus aliados internos y externos, no pudieron matar a la democracia. Pese a desaparecer personas, pese a robar empresas bajo tortura, pese a estatizar deuda privada que complicó las arcas del Estado. Contra todo, por las manifestaciones en contra de la guerra de Malvinas, los paros generales y el desgaste interno del gobierno de facto, el sistema democrático volvió y con él los argentinos a las urnas.
El juicio a las juntas pareció apuntalar el proceso democrático, las leyes de punto final y obediencia debida la hicieron temblar, como los alzamientos carapintadas y el copamiento de La Tablada. En el final del gobierno de Alfonsín, los grandes medios de comunicación operaron al servicio del interés económico. Acaso allí también tambaleó la democracia.
Si bien los gobiernos de Carlos Saúl Menem -sobre todo en el primero-fueron una continuidad de la política económica de la dictadura, se pudo votar y las libertades básicas estuvieron garantizadas.
El gobierno de la Alianza representó la alternancia en el poder, aunque fue interrumpida por una pueblada que reaccionó en las calles a una brutal represión en democracia, aunque allí también hubo cierta presión de los grupos económicos. Incluso, legisladores recién electos del PRO escribieron entonces a favor de la dolarización de la economía del país.
Hubo cinco presidente en un par de días, plazas llenas y protestas, vigilias a diario casi, asambleas, organización en los barrios, ferias de trueques. Pero otra vez hubo elecciones y un 25 de mayo de 2003 asumió la presidencia Néstor Kirchner. Lo sucedió su mujer y actual presidenta, Cristina Fernández, en 2007, en otras elecciones claras y limpias.
Hoy se cumplen 30 años de aquella elección en la que Raúl Alfonsín vivenció todo cuanto debe lidiar el presidente de un país. Tiempo después nos dimos cuenta que muchas veces no es él quien gobierna, si no prepara una coyuntura tal, junto a distintos actores de la sociedad para decidir en total libertad los actos que conducen el destino de un país.
Diario Registrado / 31 de octubre
